martes, 6 de agosto de 2019

9 julio 2019

Escribo sobre hoy, sobre mi, sobre mi soledad, la real y  la inventada, la que intento a toda costa llenar. La que fallo vez tras vez, a la que me acostumbré. La soledad que me hace llorar, la que tenía lágrimas ardientes, en una piel fría, la que ahora son lágrimas frías. cada lágrima me costaba, me dañaba al salir, ahora fluyen con facilidad por surcos que han labrado con los años. Conocen el camino, conocen su destino.

 Algunas partes se han encallecido, otras dejaron de existir, otras seguirán su ejemplo.  Es una labor constante y no recompensada, como juntar agua con las manos, te ayuda a sobrevivir, pero no hay abundancia.

Exigen mil excusas, me las he dicho todas, no me creo ninguna, la culpa es mía. ¿O tuya?

Junto los pedazos y camino un trecho más  antes de soltarlos y volverme al suelo. Son míos, pero los hicimos entre todos, un poco tu, otro poco tú, otro yo. Aún ahora no entiendo el poder que no tengo sobre mi.

No estoy sola, estamos solos. Vivimos juntos, comemos, reimos, elogiamos, pero estamos solos. ¿O lo estoy?

No te conosco, ni tu a mi,  no te interesa, pero ya sabes quién soy, lo sabes todo sobre mi.

Juntare los pedazos, las lágrimas se secaran, me pondré una sonrisa y te perdonarme todo. Porque lo necesito, más que tu.

Todos estamos solos, solo pensamos que no lo estamos. 

martes, 12 de octubre de 2010

1era

reservada para cuando se me ocurra algo inteligente para poner como primera entrada en el blog que usare como libreta xD

“Si yo ordenara -decía frecuentemente-, si yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía”.

El Principito.